El que fuera uno de los profesores del Instituto Santísima Trinidad de Baeza más querido y admirado por sus alumnos, Rafael Rodríguez-Moñino y Soriano, "el cónsul", seis años después de aquel homenaje que se le hiciera en el Paraninfo y en el que públicamente se solicitara una calle en Baeza con su nombre, ha recibido hoy sábado, 28 de mayo de 2011, por fin su reconocimiento con un acto cargado de emotividad al que asistieron sus dos hermanas, miembros de la corporación municipal, profesores y antiguos alumnos.
Sus escritos sobre la historia de la ciudad, su entrega y pasión en sus clases de historia, el contacto y la implicación que conseguía de sus alumnos, han dado como fruto, tras la larga insistencia de estos años, la recompensa simbólica de ver su nombre reflejado para siempre en una de las avenidas de la salida de Baeza hacia Linares.
